Sobre mí
Mi nombre es Laurence, tengo 41 años, estoy casada y tengo 3 maravillosos hijos. Siempre me ha encantado el deporte, afición que heredé de mi abuela. He jugado toda mi vida a hockey sobre hierba y en pista, habiendo alcanzado el nivel más alto incluso en la selección nacional de Bélgica, mi país natal.
También quiero compartir otras facetas de mi vida. Después de mis tres hijos, tristemente tuve tres abortos espontáneos y, además, perdí un bebé a las 18 semanas de embarazo. Justo después de que pasara lo más duro de la pandemia de la Covid-19. A partir de este momento comencé a profundizar mis estudios sobre hormonas y el cuerpo femenino. Todos estos nuevos conocimientos y el interés que me ha suscitado me han llevado a que, en la actualidad, quiera guiar a las mujeres con su desequilibrio hormonal. Un aspecto importante que se puede solucionar, en gran medida, gracias a una dieta adecuada y al ejercicio físico.
Trabajaba en una escuela deportiva donde enseñaba hockey, cuando desgraciada o afortunadamente, algo cambió en mi vida y a raíz de un problema de espalda y la llegada de mi maternidad tuve que descansar un poco de tanto deporte. Redirigí mi pasión por el deporte hacia la atención especial de jóvenes y personas con diversidad funcional, con quienes puse en marcha el Brugge G-Hockey Team, fuerza motriz para ampliar la escuela juvenil dentro de diferentes clubes belgas. Así, llegué a entrenar a los equipos regionales de sub-12 y sub-14 y al equipo nacional sub-16-
Durante esta etapa, los problemas físicos no cesaron e incluso llegó la fibromialgia, por lo que dediqué menos tiempo al deporte. Esto me animó a emprender con mi propia tienda de lencería, con la que pude conciliar ambos estilos de vida y mi propia salud durante una década. Los problemas de salud no cesaban porque pasaba mucho tiempo de pie en la tienda, así que decidí dar un giro de 180 grados y sumergirme en el mundo del entrenamiento de hockey. Los dolores me recordaron que aquella vez tenía que hacer las cosas diferentes, y entonces un amigo cercano abrió un estudio de Pilates y alimentación saludable.
Así fue como comencé a conectar, por fin, con un estilo de vida que me permitió mejorar los problemas físicos y levantarme el ánimo en un momento tan complicado de mi vida.
Hoy en día estoy convencida de que, si hubiera descubierto el pilates antes, no solo no hubiera tenido tantos problemas físicos sino que también hubiera reforzado mi salud mental. Esto lo sé a través de la propia experiencia en el sector, complementaria con mi posterior formación en nutrición deportiva. Todo esto, y pasar por cinco dietas diferentes en cinco años, me ha hecho encontrar mi camino sin renunciar a disfrutar de mi pasión, ni de la vida. Ahora puedo decir que soy plenamente feliz; continúo entrenando al equipo de hockey y he terminado de formarme como instructora de pilates.